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Políticos, tecnofuturistas, críticos sociales, así como los superricos emprendedores de Silicon Valley se han unido para defender que vivimos en la cúspide de una era de rápida automatización tecnológica. En conferencias y libros, por medio de sus fundaciones y en los medios de comunicación, nos anuncian el fin del trabajo tal como lo conocemos. Nos insisten acerca de un futuro inmediato de obsolescencia laboral generalizada y de fin del trabajo. Pero, ¿explica realmente el tan discutido «ascenso de los robots» la crisis del empleo que nos espera al otro lado de las recientes crisis?
En La automatización y el futuro del trabajo, Aaron Benanav analiza las tendencias económicas que están dando forma a nuestra vida laboral. Lo que nos descubre no es tanto un mundo en el que la tecnología sustituye rápidamente al empleo cuanto una crisis de inversión provocada por la escasa rentabilidad de la industrial a nivel global (por un gigantesco exceso de capacidad y competencia) y del sector servicios, que nunca ha destacado por su productividad. La economía crece lentamente, interrumpida por periódicas recesiones, y lo que se ofrece a la fuerza de trabajo mundial es empleo precario, poco remunerado y a menudo en el sector informal. Frente a este panorama en el que conviven la promesa tecnológica incumplida y el subempleo de masas, Benanav se pregunta acerca de qué movimientos sociales resultarán necesarios para impulsarnos hacia un mundo posescasez y de seguridad material generalizada. En respuesta a exigencias como la de la renta básica universal, que apenas llegaría para mantener este ejército creciente de trabajadores subempleados, Benanav nos ofrece una contrapropuesta.