El corazón de la disciplina sociológica encierra un conflicto: por un lado, su ambición generalizadora, por otro, la tentación de volver a las situaciones concretas en las que encuentra sus materiales empíricos. ¿Y cómo estudiar una realidad social sin perder de vista al individuo? No basta con la mera contemplación de la primera, como algo que se presenta ante nuestros ojos, por el contrario, la realidad social hay que reconstruirla desde la óptica de la teoría. Sólo así el sociólogo podrá enfrentarse a la realidad para dar cuenta de ella.
Tal es el genuino «oficio» del sociólogo, convertir en habitus la teoría de la construcción sociológica, volver explícitos los supuestos desde los que conocer. Para ello es preciso recorrer la tradición sociológica, rastreando los hábitos intelectuales, los procedimientos? la esencia del método y, por tanto, del quehacer del sociólogo.
Obra clásica de referencia, El oficio de sociólogo ha inspirado a generaciones de científicos sociales a «pensar sociológicamente» y a reflexionar sobre la naturaleza de su disciplina.
EL OFICIO DE SOCIÓLOGO
AUTOR/A
BOURDIEU, PIERRE
Ha sido uno de los intelectuales más influyentes de Francia durante la última mitad del siglo XX. La variedad de las temáticas que estudió y el intento de llevar a la práctica la construcción interdisciplinaria de diversos objetos de estudio evidencian su capacidad para hacer coincidir su producción intelectual con los problemas más relevantes de la sociedad y, en especial, de los sectores dominados. Nació el 1° de agosto de 1930 en Denguin, en el suroeste de Francia. Realizó sus estudios en la École Normale Supérieure y en la Facultad de Letras de París. En 1981 fue designado Profesor Titular de Sociología en la institución más prestigiosa de su país, el Collège de France, cargo que desempeñó hasta su muerte, en enero de 2002.<BR><BR>Editorial S. XXI
PASSERON, JEAN CLAUDE
Nacido en Niza en 1930, Jean-Claude Passeron estudia filosofía en la École Normale Supérieure en los años 50. Allí seguirá con interés las clases del joven Michel Foucault, entre otros, y coqueteará levemente con la psicología antes de obtener la agregación y orientarse definitivamente hacia la sociología. En los años 60 da clases en un instituto durante un tiempo, antes de convertirse en asistente de Raymond Aron en la Sorbona. Trabaja entonces con Pierre Bourdieu, publicando con él dos obras que se convertirán en clásicos indiscutibles de la sociología de la educación: Los Herederos, en 1964, y La Reproducción, en 1970. Junto con Jean-Claude Chamboredon, publican también en esos años El oficio de sociólogo, obra de referencia de metodología y epistemología de las ciencias sociales.<BR><BR>En parelo con estos trabajos, dirige el departamento de sociología de la Universidad de Nantes, antes de formar parte, en 1968, del equipo fundador del Centre Universitaire Expérimental de Vincennes (hoy: Université Paris VIII, Vincennes - Saint-Denis) junto con Robert Castel y Michel Foucault, entre otros. A principios de los años 80, sin embargo, abandona esta universidad para formar parte de la École des hautes études en sciences sociales como director de estudios. Será a partir de entonces cuando participe en la creación de un centro vinculado a esta institución en Marsella, con el objetivo de desarrollar una enseñanza interdisciplinar que aúne sociología, historia y antropología (acorde con su concepción weberiana de la sociología como ciencia histórica y plural), reservando un lugar al aprendizaje de las prácticas y técnicas de investigación (de acuerdo con su concepción de la sociología como "sociología de investigación" -sociologie d'enquête-).<BR><BR>Además de su conocida colaboración con Bourdieu, del cual se distancia a principios de los años 70, realiza diversos trabajos con otros sociólogos, como Jean-Claude Chamboredon, Robert Castel, Claude Grignon, Michel Grumbach y François de Singly. En particular, Passeron desarrollará diversas investigaciones en el ámbito de la sociología de la cultura y del arte (sobre la lectura, la recepción de las obras de arte, etc.), publicando, entre otros, trabajos como L'?il à la page, Les Artistes. Essai de morphologie sociale, Le Temps donné aux tableaux (no traducidos al castellano).<BR><BR>En 1991, publica Le Raisonnement sociologique, un obra de gran impacto que culmina una larga trayectoria de reflexión epistemológica sobre las ciencias sociales, sus esquemas (schèmes), su vocabulario, sus formas de "demostración" y prueba, sus argumentarios, etc. Rompiendo con algunas de las tesis de El oficio de sociólogo, esta obra, de inspiración marcadamente weberiana y anti-popperiana, recupera el dualismo entre las ciencias sociales y las ciencias naturales, afirmando que las ciencias sociales son ciencias históricas y que, por tanto, no comparten el mismo régimen de verdad que las ciencias naturales, no son ciencias falsables en el sentido de Karl Popper. Las ciencias sociales se caracterizan, según él, por una pluralidad de teorías en competencia irreductible a un único paradigma dominante, que configuran distintos marcos conceptuales de interpretación. Ello no significa, sin embargo, que deba renegarse del rigor y la exigencia de referencia empírica. El razonamiento sociológico no puede ser, por tanto, más que un razonamiento mixto, compuesto en un necesario ir y venir entre el relato histórico y el razonamiento experimental.