Hace noventa años, en el país más atrasado de Europa, en el baluarte de la reacción política, se producía el paso más audaz, el más inesperado: la destrucción del estado feudal-burgués y la construcción de una sociedad socialista. A los ojos de los grandes jefes de la Segunda Internacional, los constructores de la Rusia soviética eran poco más que un puñado de bárbaros voluntariosos de los que poco podía esperarse. [?] Quienes nos ubicamos del mismo lado que esos ?arribistas? de la gran política mundial, por el contrario, profesamos la más sincera de las admiraciones, en particular por el notable dúo dirigente conformado por Lenin y Trotsky. Lo que caracteriza a los bolcheviques es la eficiencia revolucionaria, una cualidad rara, sólo compartida por Mao y, probablemente, los vietnamitas y Fidel Castro. De hecho, la ?vía rusa? y la ?china? han sido, hasta ahora, las únicas estrategias exitosas para la toma del poder. Ese es el corazón del problema que todo revolucionario tiene por delante: ¿cómo es posible la victoria?
La revolución depende de muchos factores, uno sólo de los cuales es la estrategia. Sin embargo, en determinado momento del proceso histórico, cuando los demás elementos ya están presentes, la estrategia adecuada y sus creadores deben ocupar, más bien pronto que tarde, el centro de la escena. Es el remate de la receta el que asegura su sabor definitivo. Y si Mao descubrió la receta para la toma del poder en un país con las características de China, Lenin y Trotsky inventaron la correspondiente a uno como Rusia a comienzos del siglo XX. Quienes pretenden, a comienzos del nuevo siglo, repetir aquellas hazañas, deben reconocer la naturaleza específica del momento y el lugar y recuperar, del conjunto de conocimientos acumulados, la experiencia más cercana a nuestro presente argentino. De ahí la primacía necesaria de Octubre sobre la Larga Marcha en nuestra no menos necesaria reflexión sobre nuestra estrategia para nuestra revolución. En aquella eficacia pueden encontrarse las bases de ésta.
HISTORIA DE LA REVOLUCIÓN RUSA
AUTOR/A
TROTSKY, LEON
Lev Davídovich Bronstein (Yanovka, Ucrania, 7 de noviembre de 18792 - Coyoacán, México, 21 de agosto de 1940), más conocido como León Trotski, fue un político y revolucionario ruso de origen judío.<BR><BR>Trotski fue uno de los organizadores clave de la Revolución de Octubre, que permitió a los bolcheviques tomar el poder en noviembre de 1917 en Rusia. Durante la guerra civil subsiguiente, desempeñó el cargo de comisario de asuntos militares.<BR><BR>Negoció la retirada de Rusia de la Primera Guerra Mundial mediante la Paz de Brest-Litovsk. Tuvo a su cargo la creación del ejército rojo que consolidaría definitivamente los logros revolucionarios venciendo a catorce ejércitos extranjeros y a los ejércitos blancos contrarrevolucionarios durante la guerra civil rusa; fue condecorado con la Orden de la Bandera Roja.<BR><BR>Posteriormente, se enfrentó política e ideológicamente a José Stalin, liderando la oposición de izquierda, lo que le causó el exilio y posterior asesinato a manos de la OGPU. Tras su exilio de la Unión Soviética, fue el líder de un movimiento internacional de izquierda revolucionaria identificado con el nombre de trotskismo y caracterizado por la idea de la «revolución permanente». Murió asesinado en México por un agente español de la NKVD soviética.<BR><BR>Wikipedia