Emma Goldman se movió como un terremoto por el mundo. Desde su salida de la Rusia zarista y tras su asentamiento como trabajadora textil en Nueva York comenzó a forjarse un auténtico mito revolucionario. En 1907, cuando una de las primeras crisis financieras azotó a Estados Unidos y las protestas obreras se agitaron Emma se lanzó a una de sus múltiples giras de mítines. En aquella ocasión, a su llegada a San Francisco, el rumor extendido por la policía fue que Emma llegaba a la ciudad para destruir las flota estadounidense afincada en su puerto.

“La mujer más peligrosa de américa” se forjó al calor de la huelga de Haymarket y el movimiento anarquista de Estados Unidos. Muy pronto se convertiría en una de las oradoras, agitadoras, organizadoras y revolucionarias más importantes del movimiento obrero internacional, recorriendo multitud de países. Una labor que estuvo respaldada por su apuesta editorial Mother Earth (Madre Tierra) que publicó una revista y numerosos libros entre 1906 y 1918.

Además, como señala Ana Muiña, Emma Goldman fue una gran teórica del feminismo libertario. Bajo su influencia nació el movimiento artístico Dada en Nueva York junto sus amigas Man Ray, Picabia, Mina Loy. Su implicación en la guerra de España duró hasta el último día de su vida y fue delegada del consejo general de Solidaridad Internacional Antifascista en Londres. Visitó las tierras de España varias veces durante la revolución social.

En esta sesión haremos un repaso a esta apasionante vida con la intención de preguntarnos sobre las apuestas políticas y revolucionarias en aquel momento crítico de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

En los tres viajes que Emma Goldman realizó a España, ya cuando contaba con 67 años, recorrió las columnas de milicianos, las colectividades y el frente. Ya fuese como agitadora en Inglaterra o en su labor periodística apoyó las conquistas de la CNT en el proceso revolucionario. Pero sobre todo sirvió de referente político en un momento en el que la organización Mujeres Libres tuvo enorme presencia.

Figuras como Amparo Poch y Gascón y las políticas impulsadas por el movimiento anarquista, donde se encontraba la primera ley del aborto, demostraban que Mujeres Libres había construido un programa anarco-feminista que estaba en disposición de ponerse a funcionar en la realidad. En esta sesión haremos una panorámica de como funcionaron estas propuestas en tiempos de guerra y revolución.

La ley, el estado, las penas y la cárcel. Todos estos elementos albergan profundas contradicciones. ¿Qué sería a día de hoy un feminismo anarquista?¿Qué papel debe jugar en un contexto donde la producciones de leyes y de Estado están tan en el centro?¿Qué contradicciones supone eso? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos resolver en esta sesión. También intentaremos entender como se podría pensar un feminismo que no pasase por la tutela estatal, que fijase sus objetivos más allá del dilema del castigo. En este sentido, ¿qué sería un feminismo antipunitivista?¿Cómo se puede afrontar la violencia machista desde esta perspectiva? Y, en general, ¿cómo construir un movimiento feminista que quita centralidad al Estado, a la ley y al castigo?